Para nosotros los trabajadores y para el movimiento sindical la crisis institucional y política que está viviendo Chile debe abordarse con celeridad, pero bajo ningún punto de vista aceptaremos acuerdos que signifiquen impunidad para aquellos que han cometidos delitos, llámese caso Penta, Soquimich y Cabal.
Hoy cuando los medios de comunicación intentan instalar un supuesto “acuerdo Político”, el movimiento sindical debe ser muy claro… no ampararemos ninguna medida que no vaya por el camino de hacer las transformaciones institucionales para evitar en el futuro este tipo de maniobras, y garantizar que los tribunales de justicia puedan actuar sin presiones de ningún tipo en contra de quienes cometieron delitos tributarios, financieros y electorales.
Al cumplirse un mes de presidio de los máximos dueños del Grupo Penta, los escándalos de Soquimich no solo se refieren a fraudes electorales, sino a la forma en que se está haciendo política en Chile y el poder de las empresas que financian las campañas para “comprar” las voluntades del poder legislativo o en su defecto mediatizarlas, eso es lo más grave.
El círculo de la política Penta-SQM se cierne entonces no sólo sobre la honra o no de los Parlamentarios, sino que tiene aplicaciones prácticas hoy mismo, ante la pregunta ciudadana sobre quienes tienen la independencia para pronunciarse sobre las distintas reformas que está llevando adelante el Gobierno, pero que fueron exigidas e impuestas desde la calle. La más importante de todas, la Reforma Laboral, que siendo en gran medida un avance, sufrió en el camino la incorporación de medidas francamente antisindicales como el famoso tema de la violencia en la huelga, la relativización del fuero y otros.
Nosotros, desde nuestra vereda sindical y social nos proponemos borrar de la futura legislación todos aquellos contrabandos empresariales, pero asalta la preocupación ¿Vamos a permitir que sean los parlamentarios financiados por SQM, Penta y quien sabe qué otras empresas, los que se pronuncien acerca del articulado de la reforma?.
Estos no son los tiempos de acuerdos entre cuatro paredes, como lo hiciera Lagos y Longueira, estos no son los tiempos para la instalación de aquellos políticos que no fueron capaces de tomar medidas de fondo para dignificar la política.
Que quede claro los trabajadores estamos por cambios reales, por una reforma laboral profunda, estamos por una educación pública, gratuita y de calidad, estamos por el fin al actual sistema de AFPs. Estas reformas las ganamos en la calle, y las defenderemos como nosotros los trabajadores sabemos hacerlo, en la calle, protestando, poniendo el país patas arriba si es necesario, no aceptaremos ningún acuerdo que no vaya en la dirección de cumplir el compromiso de este gobierno con las reformas que permitan democratizar Chile.
En tiempos de crisis, se requieren salidas no de parches, sino cambios profundos, un acuerdo político que intenta salvar a la elite política chilena sería incluso para ese sector una victoria a la Pirro, porque pondría la lápida al sistema democrático chileno. Hoy más que nunca se requiere una nueva Constitución, la crisis de la política chilena debe ser el punto final a la Constitución de Pinochet y un fuerte empujón a la Asamblea Constituyente.
Por Horacio Fuentes
Presidente de Industrial Chile
(Constramet)
INDUSTRIAL CHILE